jueves, 5 de marzo de 2015

El camino de la abundancia





Fragmento de "El camino de la abundancia", de Deepak Chopra

La abundancia es la experiencia en la que nuestras necesidades se satisfacen con facilidad y nuestros deseos se cumplen espontáneamente. Sentimos alegría, salud, felicidad y vitalidad en cada momento de nuestra existencia.
Cuando arraigamos en la naturaleza de la realidad y, al mismo tiempo, sabemos que esa realidad es nuestra propia naturaleza, comprendemos que somos capaces de crear cualquier cosa, porque todo el material de la creación tiene el mismo origen. La naturaleza acude al mismo sitio para crear un conjunto de nebulosas, una galaxia de estrellas, una lluvia en el bosque o un cuerpo humano, igual que para crear un pensamiento.
En la creación, todo lo material, todo lo que podemos ver, tocar, oír, gustar u oler, está hecho de la misma sustancia y proviene de la misma fuente. El conocimiento concreto de este hecho nos da la capacidad de satisfacer cualquier deseo, de adquirir cualquier objeto material, y de gozar de la plenitud y de la felicidad, cualquiera sea el límite a que aspiremos.
Según la ciencia, todas las cosas materiales, sean automóviles, cuerpos humanos o billetes, están hechos de átomos. Estos, a su vez, están compuestos de partículas subatómicas que son fluctuaciones de energía e información, en un inmenso vacío de energía e información.
Sin entrar en detalles, la conclusión básica de los teóricos de los campos cuánticos es que la materia prima del mundo es inmaterial; la sustancia esencial del universo no es materia. Toda nuestra tecnología se basa en ese hecho, y es la ruina suprema de la superstición materialista de la actualidad.
Las máquinas de fax, las computadoras, las radios, la televisión, son posibles porque los científicos ya no creen que el átomo, unidad básica de la materia, sea una entidad sólida. El átomo no es en absoluto una entidad sólida: es una jerarquía de estados de información y energía en el vacío de todos los posibles estados de información y energía.
La diferencia entre un objeto material y otro objeto material , por ejemplo entre un átomo de plomo y uno de oro, no se encuentra en el nivel material. Las partículas subatómicas,protones, electrones, quarks y bosones que componen tanto el átomo de oro como el de plomo son exactamente las mismas. Más aún, aunque las llamamos partículas, no son objetos materiales sino impulsos de energía e información. Lo que diferencia el oro del plomo es la disposición y la cantidad de esos impulsos.
Toda creación material está estructurada sobre la base de información y energía. En esencia, todo suceso cuántico es una fluctuación de energía e información. Y esos impulsos de energía y de información son la fuente que constituye todo lo que consideramos sustancia o materia.
Por lo tanto, resulta claro que no sólo la sustancia esencial del universo no es materia, sino que es "no materia pensante". Pues, ¿qué otra cosa es un pensamiento, sino un impulso de energía e información?
Imaginamos que los pensamientos sólo surgen en nuestra cabeza, pero ello se debe a que los experimentamos como pensamiento estructurado de manera lingüística, que se expresa verbalmente y que nos habla en nuestro idioma. Sin embargo, esos impulsos de energía e información que consideramos pensamientos, esos mismos impulsos, son la materia prima del universo.
La única diferencia entre los pensamientos que están dentro y fuera de mi cabeza consiste en que veo los que están dentro estructurados en términos lingüísticos. Pero antes de que un pensamiento se haga verbo y pueda experimentarse como lenguaje es solo intención. Es, insisto, un impulso de energía e información.
En otras palabras, en el nivel preverbal, toda la naturaleza habla el mismo lenguaje. Todos somos cuerpos pensantes en un universo pensante. Y, de igual manera que el pensamiento se proyecta en las moléculas de nuestro cuerpo, los mismos impulsos de energía e información se proyectan como sucesos en el espacio-tiempo de nuestro ambiente.
Tras la apariencia visible del universo, más allá del espejismo de las moléculas, del maya o ilusión del mundo físico, subyace una matriz invisible por definición, constituida por la nada. Esa nada invisible orquesta, instruye, guía, gobierna y obliga en silencio a la naturaleza a expresarse a través de una creatividad infinita, de una abundancia infinita, y de una exactitud sin errores en incontables diseños, modelos y formas.
Las experiencias de la vida son el continuum, esa matriz sin costuras de la nada, en ese todo de cuerpo y medio ambiente, de éxito y fracaso, de riqueza y pobreza. En apariencia, todo eso nos sucede pero, en niveles muy primarios, nosotros hacemos que sucedan.
Los impulsos de energía e información que crean nuestras experiencias se reflejan en nuestras actitudes hacia la vida. Y esas actitudes son el resultado de impulsos autoengendrados de energía e información.


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