martes, 9 de febrero de 2021

El lugar de la verdad


 

-Si encuentras la verdad, ¡agárrala y arrójala al fondo del pozo! -le dice un sabio a Mulla Nasrudin.
Más tarde, el Mulla se topa con una ciega, la cual pide que le ayude a cruzar la calle.
-¿Cómo se llama usted , señora? -inquiere el Mulla.
-¡Me llamo Verdad! -responde la mujer.
De inmediato, Nasrudin la agarra y la arroja al fondo de un pozo.
Nasrudin ha interpretado literalmente las palabras del sabio.
Esta historia ilustra bien el hecho de que una verdad no es inmutable. Su veracidad depende de la persona a la cual se dirige, del individuo que la dice, del lugar y de la época en que es enunciada, así como de muchas otras condiciones. O sea, una verdad válida “aquí y ahora” tal vez resulte completamente errónea “en otra parte y mañana”.

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