miércoles, 10 de febrero de 2021

Los lobos y la humildad


 

Cuando un lobo va perdiendo la pelea contra otro lobo y entiende que ya no tiene posibilidades de ganar, el lobo perdedor ofrece apaciblemente la yugular al oponente, como si dijera ”Perdí, acabemos con esto de una vez”. Sin embargo, en ese momento tiene lugar lo increíble. El lobo ganador, inexplicablemente, se paraliza. Una fuerza milenaria le impide matar al que desde la humildad reconoce la derrota. 

Algún mecanismo primario, incrustado en el ADN o mas allá de él, se dispara en el lobo ganador y le recuerda que la especie es más importante que el placer de eliminar al contrincante. Nadie llamaría cobarde al lobo que se entrega, ni conmiserativo al que se paraliza, simplemente ocurre. Ni vencedor ni vencido. Y esto se conoce como: Humildad.


Cuando nuestro rival se rinde admitiendo la derrota lo soltamos y lo saludamos o cuando nuestro rival cae ayudamos a levantarlo.

Se más como los lobos, un animal fuerte y feroz, pero que sabe cuando parar, sabe de humildad.

No hay comentarios: