lunes, 9 de agosto de 2010

El amor del guerrero





Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzeimer muy avanzado.
Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. 
- No, - me dijo. - ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado.
- Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
- Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella.
Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé:
- Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.
El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico.
El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es...

1 comentario:

Unknown dijo...

TRATA CON RESPETO Y CONSIDERACIÓN A TODOS TUS SEMEJANTES PORQUE;ES SEGURO QUE SI DAMOS LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS,TAMBIEN RECIBIREMOS LO MEJOR DE LOS DEMAS. AUNQUE LO IDEAL ES DAR SIN ESPERAR RECIBIR.