martes, 24 de agosto de 2010

La ostra y la perla




“Una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas"...
Las perlas son producto del dolor... resultado de la entrada de una sustancia extraña e indeseable en el interior de la ostra, como un parásito o un grano de arena.
Las perlas son heridas y luego... curadas.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa llamada NÁCAR.
Cuando penetra en la ostra un grano de arena o de otra elemento agresivo para la ostra, las células de nácar comienzan a trabajar y cubren el grano de arena con capas y capas y más capas de nácar para proteger el cuerpo indefenso de la ostra. La belleza de las perla reside en la sabidurí
a de la ostra para transformar lo que la ha agredido y convertirlo en lo más valioso de sí mismo. La ostra practica con la perla la alquimia de hallar en los hechos de la vida, desprovistos de las emociones a las que iban aparejados y del polvillo del ego, las circunstancias y los detalles vanales en el oro, ese tesoro interno que puede hallarse en las ostras que han trascendido las agresiones y las han transformado en lo más valioso que tienen.
Como resultado, se va formando una hermosa perla.            
Una ostra que no fue herida de algún modo no puede producir perlas, porque la perla es una herida cicatrizada...
¿Te has sentido lastimado(a) por las palabras hirientes de alguien...?
¿Fuiste acusado de haber dicho cosas que nunca dijiste?
¿Tus ideas fueron rechazadas o mal interpretadas?
¿Sufriste los duros golpes de los preconceptos?
¿Recibiste una porción de indiferencia?
¿Superaste todo y vives en paz contigo mismo?
ENTONCES ERES UNA PERLA !!!
Cubre tus lastimaduras con varias capas de amor.
Desgraciadamente son pocas las personas que se interesan por hacerlo. La mayoría sólo aprende a cultivar resentimientos dejando sus heridas abiertas... alimentándose con varios tipos de sentimientos pobres e impidiendo por lo tanto, que las heridas cicatricen.
Así, en la práctica vemos que son muchas las “Ostras vacías”, no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar, comprender y transformar su dolor en AMOR.
Cada muerte en vida es una “perla herida”, pero jamás cicatrizada.
Cultiva tu ALMA como si estuvieras cultivando una PERLA...

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